Historial y semblanza del IMTA

El IMTA se crea el 7 de agosto de 1986 mediante decreto presidencial.

Pero este nacimiento se remonta a principios de los 70s cuando la Secretaría de Recursos Hidráulicos SRH conjuntó a un grupo de técnicos para especializados para que desarrollaran los Planes Hidráulicos Nacionales. Estos eran el principal instrumento para la planeación del sector

El primero de estos, el Plan Nacional Hidráulico 1975, fue desarrollado por un grupo de trabajo que dependía de la Subsecretaría de Planeación de la SRH. A este grupo se le denominó Plan Nacional Hidráulico que se consolidó como una Comisión de la SRH el 6 de mayo de 1976.

La Comisión del Plan Nacional Hidráulico, tuvo a su cargo la elaboración del Plan Nacional Hidráulico 1981 y programas específicos del trópico así como la renegociación de créditos externos contratados por la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos para infraestructura.

En abril de 1985, la SAHR estableció dos tareas fundamentales para la Comisión del Plan Nacional Hidráulico. Actualizar el marco jurídico del agua de 1971 y preparar programas para atender y solucionar problemas del agua aún no atendidos. La Comisión se reorganizó y se planteó la necesidad de su transformación institucional. Transformarla en una institución fundamentalmente consagrada a resolver los problemas del agua mediante investigación, desarrollo tecnológico y formación de recursos humanos.

Todo se aceleraría con el sismo del 19-S de 1985.

El sismo destruyó el archivo de la SARH y afectó más del 50% de los espacios de trabajo con lo que se aceleró el cambio de sede de la Comisión del Plan Nacional Hidráulico a Cuernavaca. Se rentaron siete inmuebles dispersos en la ciudad, cinco casas, un hotel y un condominio.

En enero de 1986 las oficinas de la Comisión ya operaban en Cuernavaca. La transformación institucional inició con la reformulación de los planteamientos generados entre 1978 y 1980. Así, se abrieron frentes de trabajo para la creación del nuevo organismo. El nombre, surgió de varias propuestas. Se retuvo la de INSTITUTO (en la frontera del conocimiento), MEXICANO (al servicio de la nación) de TECNOLOGÍA (creación para la solución de problemas) del AGUA (recurso natural en el centro de los trabajos).

Así llegamos al 7 de agosto de 1986.

A finales de 1987 se contaba ya con un proyecto arquitectónico aprobado en un terreno de 20 hectáreas en Jiutepec perteneciente a la SARH. Ese lugar, ubicado en el 8532 de la carretera a Cuautla, estaba destinado a albergar originalmente al Instituto de Investigaciones Pecuarias.

En 1988 inician las obras del Plan Maestro, mismas que concluyen en 2006 con la construcción de su auditorio. Paralelamente, se publicó el reglamento interior en el DOF el 7 de junio de 1988 en donde se estableció su estructura básica conformada por un Vocal Ejecutivo, un Consultivo Técnico y cinco Coordinadores: Tecnología de Riego y Drenaje, Investigación, Tecnología Hidráulica Urbano Industrial y Desarrollo Profesional. Esta estructura prevaleció en su filosofía hasta 2019 como resultado de cambios institucionales que permitirían afrontar los retos del agua con un enfoque más adaptado a las condiciones socio ambientales prevalecientes en nuestro país.

Es importante hacer mención que, el proceso de consolidación del IMTA se dio también con la creación de la Comisión Nacional del Agua.

La CNA se crea como un organismo desconcentrado de la SARH, mediante decreto, el 16 de enero de 1989. Ello, en concordancia con las recomendaciones de los Planes Nacionales Hidráulicos del 75 y del 81, que reconocían la necesidad de un nuevo marco jurídico.

Este nuevo marco sería reglamentario del Art. 27 constitucional y estaría articulado con el pensamiento de la gestión integrada de recursos hídricos. Así, el 1 de diciembre de 1992, se publicó la Ley de Aguas Nacionales aún vigente. Los retos que se plantearon en la nueva Ley tanto en materia de administración como en temas de inversión de Infraestructura hidráulica, fueron atendidos por el IMTA. A pocos años de su creación, el IMTA se había consolidado ya, como el brazo tecnológico del sector gracias al liderazgo de sus cuadros y especialistas.

Un tema coyuntural se dio en 1996 cuando se planteó la necesidad de que el IMTA manejara los recursos que se generaban por venta de servicios tecnológicos. La descentralización era la vía, a pesar de ser parte del sector paraestatal. Pasaron cinco años para que ello sucediera.

El IMTA fue transformado en un organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, el 30 de octubre de 2001 mediante la publicación del decreto presidencial correspondiente. Se crea su junta de gobierno integrada entre otros, por los titulares de Semarnat, Conagua, SHCP, SEP, Conacyt, UNAM, IPN, entre otros. A partir de ese momento la cartera de clientes se diversificó con empresas privadas, públicas, paraestales, gobiernos municipales, estatales y federal así como con organizaciones civiles.

 

 

 

El IMTA sería reconocido como institución referente a nivel nacional e internacional. Una muestra se dio en 2002 cuando el Senado Mexicano le solicitó la revisión de una propuesta de reformas a la Ley de 1992. Su participación fue preponderante en la versión final.

Desde sus inicios el IMTA ha hecho énfasis en los programas de formación de recursos, tanto en la vertiente de capacitación y entrenamiento del personal como en la educación formal en maestría y doctorado. En el primer caso, se utilizaron las instalaciones del IMTA, también se han impartido talleres y cursos en otras sedes. Es de destacar que en 1988 se firmó un convenio con la UNAM para albergar el Posgrado en Ingeniería en el que se imparten diversas maestrías y doctorados. Cuenta con laboratorios, oficinas, salas de estudio.

Hoy el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) es reconocido como un Centro Público de Investigación según la Ley de Ciencia y Tecnología. Actualmente cuenta con una planta de más de 300 personas, la mayoría son especialistas altamente calificados (yo fui uno de ellos).

Es las instalaciones del IMTA se tiene el centro de información del agua más completo de América Latina y uno de los más importantes del mundo. Ahí se editan libros, manuales y revistas arbitradas reconocidas a nivel internacional. Es uno de los pocos centros con instalaciones para hacer ingeniería hidráulica experimental. El IMTA cuenta con el único laboratorio de hidrología isotópica y con uno de los más importantes en calidad del agua. Muchos de sus especialistas son miembros del Sistema Nacional de Investigadores y reconocidos profesores.

La desaparición del IMTA con el objetivo de “eficientar la labor para atender las causas de los problemas ambientales” supone la pérdida de muchos talentos que no podrán encontrar lugar en el nuevo arreglo institucional. No debemos olvidar que el IMTA es reconocido en la Ley de Aguas Nacionales en el artículo 14bis 3, como un organismo público descentralizado sectorizado a la Semarnat y en donde se establecen sus atribuciones de Ley. Su centralización a la CONAGUA implica no sólo un nuevo arreglo institucional, sino también reformas a la Ley de Agua Nacionales. En este punto quiero detenerme, porque al someter la reforma del artículo citado al Congreso de la Unión, se corre el riesgo que se introduzcan reformas a los artículos sustánciales de la LAN.

En mi opinión, la desaparición del IMTA es solo la punta del iceberg que esconde una reforma de mayor envergadura en el sector agua. Qué no se olvide que la Conagua administra las aguas nacionales y bienes inherentes. No tiene vocación tecnológica.

Fuente

Twitter Juan Carlos G. S. 

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